Ni bien terminada la primera parte de Piratas del Caribe, y en medio de la celebración del desmadre en la taquilla -y luego de la repetición de esa estúpida muletilla barata de "recuperación del género piratesco" por parte la mayoría de los comentaristas(?)- se anunció una segunda entrega, y hasta una tercera, lo cual se me hizo un poco mucho antojadizo. No creí que la volvieran a chuntar con tan poco.
Y miren, hace dos días me fui al estreno de "Piratas del Caribe II - Dead Mans Chest". Lo mejor es que en serio quedé sorprendido, sobretodo y especialmente por Jhonny Depp. A lo cual debo confesar - a propio riesgo de ser quemado en la hoguera- que amo con ferviente locura al buen Jhonny después de verlo en doble papel en "Antes que anochezca", ora como una rubia travesti y luego como un machoman fidelista. Como que ese desdoblamiento me llevó de la excitación a la fiel admiración, y qué.
Pero, bueno, estaba en la película. En realidad, me da pereza hacer una crítica así bien "seria y comprometida audivisualmente hablando", no, que flojera. Además, no quiero aguarles la fiesta, pues. Ya sería so far, así que haré algo ligero; no se quejen.
Y bueno, tal parece que la mágica combinación de sus productores, la mano talentosa de su director, el rostro de Orlando Bloom, a la belleza exquisita de Keira Knightley, pero sobre todo a la magia de su protagonista, Johnny Depp, mejor conocido en los siete mares como el Capitán Jack Sparrow, ha devenido en un suceso cinematográfico que vaya si está dando que hablar.
El argumento navega con nuevos personajes, el principal, Davi Jones, Capitán del Holandés Errante y comprador de almas. El fantástico villano de rostro tentacular ha venido a cobrar una deuda pendiente con por supuesto, el Capitán Sparrow. Jack tratará de escapar del pago, involucrando al audaz Will Turner y a la hermosa Elizabeth Swann. Es entonces que la amistad, la lealtad, el amor y la vida serán puestos sobre la mesa como simples apuestas; mientras tanto, un enorme y legendario monstruo aguarda desde el obscuro fondo marino, una oportunidad para engullir al Perla Negra y su tripulación.
Los Piratas del Caribe II - El Cofre de
Una delicia en argumento, efectos especiales que logran ser vistosos sin parecer absurdos.Un guión bien elaborado, vertiginoso, agudo y con una serie de giros argumentales que llevan a salir del cine deseando que estrenen de una vez la tercera y última parte. Y, finalmente, las actuaciones maduras de sus protagonistas, especialmente la de Johnny Depp, quien ha logrado no sólo domar a su pirata, sino imbuirle una personalidad auténtica, excéntrica, cínica, egoísta, egocéntrica, a veces cobarde, por momentos atrevida, con el porte de un Quijote, la sensualidad de un Zorro y la desvergüenza de un Han Solo; histrionismo exquisito, hilarante y adictivo a los manierismos, cuando no afeminada.
Lo que también quiero rescatar, y que acabo de oír por esos odiosos programetes cinéfilos, es que Piratas del Caribe ha sobrepasado en el primer finde el doble de su costo de producción, o sea, la friolera de 600 millones de dólares, aproximadamente, desplazando del primer lugar a Spiderman.
Y, por otro lado, parece que la fiebre Sparrow que se desató con la primera entrega ha sido revivida con mayor impetú a sazón de esta segunda parte. Tanto así que las editoriales de moda han apuntado a señalar con ahínco que la quintaesencia de la temporada serán los sacos estilo pirata, los abalorios, las trencitas y sobretodo los accesorios -cuando no - inspirados en el capitán Jack Sparrow.
fotos tomadas de trendencias.com
Y claro, si la rompe en la taquilla e influye en la moda, tienen que verla, pues.
[ el talentoso señor EmE] ®
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